Dos caras de la misma moneda
La crisis de inseguridad que se vive en estos momentos en México se agudiza a partir de una declaración que hizo el gobierno de Calderón acerca de la lucha contra el narcotráfico, no es sino la expresión mas acabada de la crisis general del sistema capitalista. La degradación social, la falta de oportunidades y perspectivas dignas para la juventud, la lucha rabiosa por ganancias increíbles por parte de los cárteles del narco, y la estupidez desmedida y desesperada del gobierno, ha polarizado hasta un extremo las tenciones en lo social.
Existe un proceso de descomposición muy claro en el Estado mexicano (el Estado, según la interpretación marxista, es un aparato de dominación de una clase sobre otra, en la cual se integran para este trabajo los medios de comunicación, la iglesia, el ejército, la policía, las leyes y todos aquellos medios que sirvan para mantener la explotación capitalista) que se manifiesta en la corrupción y descrédito de todas las instituciones del aparato estatal y esto incluye a su brazo armado (el ejercito y la policía). Este tema lo abordaremos más adelante.
Para entender la urgencia de Calderón para comenzar la lucha contra el narcotráfico la encontraremos, no en el deseo de dar una verdadera batalla contra los millonarios del narco sino en el tratar de:
1) cerrar filas dentro del ejército, esto no nada mas se logra mejorando su salario (tema que trataremos más adelante), sino implementando campañas en las cuales el ejército actué con fuerza y en torno a que este sienta el "apoyo" del pueblo, a esto debemos la campaña hipócrita en los medios de comunicación en donde se hace ver al ejército como un garante de los derechos humanos y un ángel guardián de las familias,
2) distraer con esta escandalosa movilización militar (25 mil activos del ejército se han movilizado en diferentes estados de la republica) la atención de los trabajadores, que dejen de participar en las luchas contra los ataques del gobierno y tengan miedo de salir de casa, incluso la utilización del ejército en concreto, pretende la intimidación del movimiento de los trabajadores, y
3) intentar ganar un poco mas de respaldo del imperialismo norteamericano frente a las posibles presiones que reciba el gobierno.
Sin embargo a cinco meses de haber iniciado esta "guerra" contra el narco, los resultados son penosos y las medias que lo motivaron para impulsarlo le han salido al revés: descrédito, deserciones, la indignación y todo lo demás se ha incrementado y con esto la descomposición del Estado.
La fuerza del narco
La ineptitud de la burguesía nacional que, totalmente incapaz de poder desarrollar las fuerzas productivas jugando el papel de lacayo frente a los intereses del imperialismo norteamericano, ha traído como consecuencia el lanzar a millones de jóvenes trabajadores, mujeres y en general al 70% del pueblo a la miseria. Esto junto a la demanda de las drogas no nada mas en EEUU, sino es nuestro país (resultado directo de la falta de perspectivas de una vida digna) son el caldo de cultivo para que el narcotráfico tome tal magnitud. Quiere decir esto que el fenómeno del narco está intrínsicamente relacionado con la bancarrota del capitalismo, razón que provoca el ascenso de más adeptos a las bandas de sicarios y mercaderes de la droga.
Son cuatro los cárteles de alcance nacional que compiten con las mafias regionales por las rutas costeras, los sembradíos de opio y marihuana en el interior y los megalaboratorios de metanfetamina en la selva y las ciudades. Los dos principales, el del Golfo y el de Sinaloa, se han trenzado en una guerra sin cuartel que ya lleva años. Los otros dos, el de Tijuana y el de Juárez, se alinearon con el del Golfo, pero éste a su vez sufre divisiones internas. Y con cada detención de un jefe del narco se desata una miniguerra por la sucesión.
Los cárteles de la droga en nuestro país han dejado de ser simples transportistas de droga colombiana hacia EEUU, para convertirse en los segundos productores de heroína del mundo, solo detrás de Afganistán, los principales abastecedores de marihuana a los EEUU y del 80% de la metanfetamina que se consume en ese país. Según un informe de las Naciones Unidas, mueven entre 10 mil y 30 mil millones de dólares por año.
Este poderío económico se refleja en todos los terrenos, en el militar, poder político regional e infraestructura en general: "Los narcos han infiltrado casi todas las instituciones mexicanas y han diversificado sus mercados al punto de convertirse en un importante proveedor de drogas ilegales en Europa. Según Karen Tandy, directora de la DEA, la agencia antinarcóticos norteamericana, los narcos mexicanos han abierto empresas en África para lavar los euros que recaudan en Europa. También han diversificado sus fuentes de ingresos y hoy además de traficar drogas se dedican al secuestro y la extorsión, siguiendo el ejemplo de sus antecesores colombianos."
"Los departamentos policiales en las ciudades costeras y fronterizas están completamente infiltrados por los narcos. Hace tres meses el ejército desarmó a los 2300 policías de la ciudad de Tijuana porque no confía en ellos. En Nuevo Laredo 231 efectivos fueron despedidos el año pasado cuando no pasaron la prueba del detector de mentiras." (México arde)
La infiltración incluso ha llegado hasta la misma iglesia católica, en el 2005 la cuantas bancarias del obispo de Guadalajara, Juan Sandoval, fueron investigadas por lavado de dinero, incluso con una actitud más cínica el obispo de Tamaulipas, Ramón Godínez, afirmó públicamente que recibe apoyo de narcotraficantes y argumentó que ese dinero se "purifica" al ingresar a las arcas de su parroquia.
En las últimas semanas han salido publicaciones escandalosas acerca de que el 30% de la tierra cultivable en México está en las manos del narco, esto incluso parece una cifra bastante conservadora si tomamos en cuenta que hay miles de hectáreas que son requisadas por el ejército, haciéndole prácticamente ningún daño a las fabulosas ganancias, según el Magistrado Presidente del Tribunal Superior Agrario (TSA), Ricardo García Villalobos, y argumenta "hay mucha siembra de narcóticos en el campo laborable, producto de dos fenómenos: el empobrecimiento del campo mexicano y la falta de programas". (Notimex, 22 de mayo)
En el terreno militar son una fuerza mas cohesionada (por las altas cantidades de dinero que les pagan a los sicarios) y en algunos casos con entrenamiento militar y semimilitar, como lo es el caso de los Zetas, brazo armado del cartel de Osiel Cárdenas, los cuales son famosos por ser desertores del Grupo Aeromóviles de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano (Gafes), una unidad de élite entrenada en la Escuela de las Américas.
"Y es que los Zetas son el verdadero poder en la frontera, los que garantizan el cruce de docenas de toneladas de cocaína cada mes y mantienen a raya a quienes pretenden apropiarse del territorio. Algunos de sus lugartenientes han creado grupos propios, como El Coss quien cuenta con la banda de Los Sierras, Tony Tormenta con sus escorpiones o Los Grameros que sirven a El Goyo. Pero ninguno se compara con los ex militares, cuya capacidad de fuego ha creado incluso conflictos diplomáticos. En febrero pasado la agencia estadounidense de inteligencia Stratfor reveló que Los Zetas habían comprado dos misiles SAM-7, de fabricación rusa, con los que pretendían realizar algún atentado." (Masiosare, 24 DE JULIO DE 2005)
Y esto solo es del cartel del Golfo, en realidad todos los carteles tienen sus grupos de asesinos que se matan entre ellos por la lucha de los mercados y que están metiendo en verdaderos aprietos al ejército mexicano. A diferencia de los soldados del ejército, tienen una disposición a luchar y por aniquilar todo aquello que se cruce en su camino por los salariaos tan altos que perciben.
En realidad los narcotraficantes son unos millonarios excéntricos, ignorantes y sin ningún tipo de escrúpulos, que lo mismo les da envenenar a la juventud o matar a este o aquel jefe de la policía que no se deje corromper.
Las fuerzas armadas en crisis.
Como ya lo mencionamos mas arriba, la verdadera razón de esta campaña contra el narco no es en sí, el que Calderón quiera acabar con esta lacra, son parte de su misma clase, todos ellos burgueses que en muchas de las ocasiones están totalmente coludidos, recordemos los escándalos que han habido con aspirantes diputados del PRI y el PAN en los estados del norte donde se les acusaba de narcos.
Los policías locales de las regiones en las que el narco tiene su mayor influencia por lo regular todas son fieles a esta mafia, no es casualidad que cuando entra el ejército la primera medida es desarmar a los policías municipales o ministeriales.
Cunado se trata de fuerzas policíacas aun no controladas por el narco, en algunos casos los policías se han movilizado para tratar de estar mejor equipados y por el aumento de sueldo, en los últimos meses hemos podido ver paros laborales de policías en Torreón, donde después de dos días consiguieron un aumento de sueldo de 700 pesos al mes y una jornada de ocho horas de trabajo, cuando era de 12. En este caso los más de 30 policías salieron armados a la calle, el ejército tuvo que desarmarlos. Unos días antes los policías de San Salvador Atenco se movilizaron frente al palacio municipal demandando mejores condiciones de trabajo y mejor equipamiento, también se consiguió un aumento de sueldo. En Nuevo León también pararon elementos de Seguridad Publica, en Michoacán, en el municipio de Buena Vista Tomatlán, pararon por 72 horas labores los policías con la consigna de aumento salarial.
En realidad los policías se han visto contagiados por todo el ambiente de movilizaciones y lucha de clases que estamos viviendo, esto está metiendo en problemas al gobierno porque con la corrupción, la lucha por mejoras salariales y la falta de equipo para enfrentar a los sicarios del narco, se están descomponiendo estos cuerpos armados, que incluso, en algunas zonas, como en el caso de Sonora el 16 de mayo, cuando un comando de unas 15 camionetas de asesinos tomaron la ciudad de Cananea secuestrando a 7 policías municipales y 2 civiles, después de esto prácticamente la policía municipal deserto y los pocos que quedaron fueron arrestados por el ejército por "complicidad con el narcotráfico".
Sin embargo estos cuerpos armados, que están más cercanos a todas las necesidades del pueblo trabajador y que en un momento en que los trabajadores les hagan un llamado serio a unirse a la lucha, estos se pasaran del lado de los trabajadores con todo y armas, no son los únicos que sufren presiones que hagan debilitar el aparato del Estado.
Se supone que el ejército es el garante más importante del Estado mexicano, sin embargo en su interior las cosas no están muy bien que digamos. En un discurso el 26 de Abril el secretario de la defensa Guillermo Galván Galván anunció que en el sexenio pasado los desertores del ejército fueron 107 mil 128, si tomamos en cuenta que las fuerzas armadas alcanza un número de 196 mil 767 hombres, estamos hablando que mas de la mitad de los efectivos lo han abandonado. También decía que en los primeros cinco meses de este año las deserciones ascendían a mas de 5 mil, quiere decir que mas de mil por mes.
Esto es escandaloso no nada mas por lo que representa para el ejército, sino porque una parte considerable de estos ex militares van a parar a las filas del narcotráfico o la delincuencia organizada en general. Esto hace que los que ahora combaten al narcotráfico se encuentran mal preparados, con un equipo muchas veces inferior a las de los sicarios y con un sueldo (que con todo y el aumento del 40% anunciado por el gobierno a principios de este año) de 5 mil 200 pesos, no vean ningún interés de permanecer ahí.
Por otro lado están entrando al ejér
cito miles de trabajadores desempleados y entran con su conciencia de clase, con sus métodos y todo esto traerá consecuencias para cuando al ejército lo traten de utilizar contra el pueblo. Se puede decir que al primer enfrentamiento sangriento del ejército y los trabajadores, las deserciones, incluso amotinamientos, se van a multiplicar rápidamente.
Nuestra alternativa
La situación se ha complicado de sobremanera para el gobierno, ahora, de acuerdo a la lógica del Estado, lo que mas le convendría es hacer un pacto con los diferentes cárteles de la droga y hacerse de la vista gorda, detener a algunos narcotraficantes menores y decir que ha ganado esta lucha. Lo malo para Calderón que esto seria visto por el ejército como una burla, incluso por los mismos EEUU que están siendo los principales receptores de toda la droga que se produce en México. Una lucha hasta el final contra el narco es totalmente descartada bajo el capitalismo ya que como hemos dicho el dinero sucio está metido en miles de empresas y parte del aparato estatal, inmediatamente saltaría la burguesía nacional para impedirle a Calderón que siguiera adelante. Es imposible que dentro del capitalismo haya una lucha seria contra el narcotráfico.
Incluso frente una posible descomposición del ejército no está descartado que las bandas que ahora combaten contra el ejército mañana puedan estar combatiendo contra los trabajadores organizados que luchan por mejorar sus condiciones de vida. Ante esta perspectiva de miseria y violencia nosotros, los trabajadores, tenemos que plantear en nuestros sindicatos, barrios, etcétera que la única forma de luchar contra la represión del Estado y de paramilitares es la organización cada vez mas amplio, mejor organizada y la conformación de comités de autodefensa armada que estén ligada a los sindicatos o comunidades rurales. La alternativa para brindarle a nuestros hijos un lugar donde se pueda vivir dignamente es luchando por el socialismo, porque está demostrado que, como decía Lenin, el capitalismo es horror sin fin.
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